Sé tan valiente con tu belleza como lo has sido con tus cicatrices
Hay un tipo de valentía que no siempre se ve.
La de quien se ha roto por dentro… y ha tenido el coraje de reconstruirse.
La de quien no oculta sus cicatrices, sino que las honra como parte de su historia.
Tus cicatrices —las visibles y las invisibles— hablan de ti.
De lo que has sobrevivido.
De lo que has amado, perdido, enfrentado y sanado.
Y esa belleza, la que nace de tu historia, es la más poderosa.
No tiene que ver con simetrías ni con medidas.
Tiene que ver con dignidad, con cuidado, con amor propio.
Hoy te invito a hacer algo valiente:
Mírate con compasión.
Cúrate con respeto.
Cuida tu piel no para esconder lo que eres, sino para celebrar lo que has superado.
No es vanidad.
Es gratitud hacia el cuerpo que te sostiene, hacia la vida que te late.
Tu historia se nota en tu piel…
Haz que brille contigo.